miércoles, junio 27, 2007

A Maria (in memoriam)

María madre, abuela y bisabuela,
esposa sufridora de la ausencia
dejaste en una silla tu dolencia,
memoria de una vida paralela.

María de Dios, María coqueta,
María de la sonrisa insinuada,
sudaba tu alma luz por la mirada,
sangraba tu garganta una saeta.

Un ángel más denuncia hoy la avaricia
de los que aún quedamos sobre el piso,
tórtola viva, de amor delicia.

Comprometo mi palabra y doy aviso:
el Cielo es de los justos en justicia
y si tú no estás allí no hay Paraíso.

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