martes, octubre 04, 2011

Mambrú

Mambrú no tiene empleo conocido
desde que lo botaron del taller,
apenas una choza de alquiler
en el Poblado del Tiempo Perdido
y un caldo de puchero recocido
y tres bocas pidiendo de comer
y un plazo fijo en Banco Santander
penando en la cuneta del olvido.
Mambrú ya no comprende el acertijo
de saludar al sol cada mañana
y de salir con la humildad a escena.
Le queda una bala y un crucifijo
para llegar a fin de la semana
ay qué dolor, ay qué dolor, qué pena.


redes